Los cazadores tenemos que comprender que nuestra actividad dista mucho de ser totalmente comprendida y aceptada por el grueso de la ciudadanía en la actualidad. Esto es así por diversos motivos, desde unos años atrás. Podríamos decir que hace treinta años o más el concepto que se tenía de la caza era muy distinto del que se tiene ahora, en media. Pero como las personas nos vamos muriendo y van subiendo en años las de otra generación, la media de puntuación que asignarían a la Caza como actividad en una supuesta encuesta, entre personas mayores de edad ahora mismo, sería muy inferior a la que se asignaría treinta años atrás.

Este cambio viene influido por muchos factores, como son la forma de adquirir y consumir el alimento diario, el vaciado paulatino de la España rural… y sobre todo, la educación, tanto la recibida en la escuela, como la que nos entra por otros medios de información.

Haría falta una labor de influencia en la sociedad, larga y cuidada, a favor de la Caza, pues es incuestionable que la Caza como actividad es necesaria y si no se practica por cazadores como se viene haciendo hasta ahora, tendrá que existir un cuerpo de funcionarios destinados al control poblacional de las especies, cosa que ya se está a punto de aparecer. Pero esto sería motivo de otros debates y artículos.

Lo cierto es que ahora mismo, con la publicación de ciertas fotos y comentarios en redes sociales, nos tiramos piedras los cazadores a nuestro propio tejado. Y esa situación resulta peligrosa incluso desde hace menos años de los que comentábamos antes. Es decir, hace cinco años o más no escandalizaba una foto del resultado abundante de una montería. Muchas revistas digitales o impresas las publicaban. Hoy día, ya sabemos lo que ha pasado con la famosa montería de las 400 piezas.

Particularmente, considero que ya no nos conviene a los cazadores publicar fotos de perchas abundantes y donde se vea sangre. Tal vez, cambien las cosas y la gente comprenda y vea razonable que para abatir un animal y para aprovechar su carne, tiene que verterse sangre, pero por ahora, una foto así hiere los ojos.

Y esto va por sociedades. Por ejemplo, en las avanzadas educativamente sociedades nórdicas –Suecia, Noruega, Finlandia…- se dan documentales en televisión donde es habitual ver escenas de caza y despiece de animales. En la nuestra eso rechina.

Otras fotos o vídeos que creo sinceramente que nos perjudican, en este caso, particularmente a los podenqueros, son aquellas en que se muestra la cabeza sangrante o lacerada de un podenco como señal de lo bueno que es. Primero porque no siempre un perro que se daña mucho en las zarzas o carrizos es el mejor, o por ello es más bueno. Hay perros que acaban una cacería rojos como un tomate y no han sido ni de largo los que más piezas han levantado y mejor han trabajado. Y segundo porque aunque sea un perro bueno el que se daña –repito, si es muy bueno, entre sus virtudes debe estar el dañarse lo menos posible aun cazando bien- lo que se debe mostrar en público- siempre en mi opinión-, es tal vez una foto donde nosotros, cazadores podenqueros con mayúsculas, reparamos con mimo los rasguños de nuestro compañero de caza. En ningún caso una cabeza ensangrentada con el típico letrero ….”este se gana el pan que come”, o similar. Pensadlo bien y veréis que una foto así sólo sirve para perjudicar al que la pone y al colectivo al que pertenece.